¡Que vengan!

Los vientos del sur, del norte, del Trópico o ¡de los pulmones de mamá y papá!

· Que bailen con las cintas de mi varita, creando figuras mágicas.

· Que vuelen hacia mí para que pueda cogerlas con mis manitas.

· Que me hagan cosquillas con ellas.

· Que agiten su cascabel creando ritmos sorprendentes. 

Y cuando no sople el viento, ¡yo lo invento!

¡A todos los niños les encantan las cometas!

Volarlas representa una gran sensación de libertad a cualquier edad ¡y las cometas de mano son perfectas a partir de los 2 meses!

Como no es un juego estructurado, no tiene unas normas ni una forma definida de jugar. Los bebés la exploran por sí mismos y descubren qué pueden hacer con ella, repitiendo aquello que les provoca más placer y alegría: agitarla, hacerla sonar, mover sus cintas, tirar de ellas, chupar la forma de madera, pasársela de una mano a otra, lanzarla...

Les aporta entretenimiento mientras entrenan sus destrezas. Y gracias a su tamaño es ideal para jugar en casa o fuera de ella. Llévala contigo y despídete del aburrimiento en las esperas en el médico o los trayectos en coche.

¡Talacatuma-Tumatatanga!

Palabritas mágicas para hechizos a prueba de una imaginación salvaje. Disfrutar con el peque estimulando su creatividad es divertido, afianza nuestro vínculo emocional y activa conexiones neuronales entrenando el cerebro ¡Cosas de magia!

¿Cuáles son vuestras palabras mágicas que todo lo hacen posible? Espolvorear de amor la varita, agitarla según vuestro ritual y ¡deseo concedido!

¡Jugar con las nubes!

Las nubes son un tema recurrente en el aprendizaje infantil por varias razones:

· Se representan con una figura sencilla que asimilan fácilmente a nivel cognitivo. Elaborada en madera de arce natural a la medida de sus manitas, la forma de nube les resulta cómoda de agarrar y sostener entre sus dedos. 

· Son un gran estímulo visual: pueden observar cómo se mueven o las distintas formas que adoptan ¡Los atractivos colores de la cometa y sus cintas les ayudan a descubrir el movimiento!

· Son un aliciente que despierta su curiosidad infinita: cómo se generan, su composición, por qué descargan la lluvia... Ahora que son pequeñitos explorar por qué suena les introduce la causa-efecto.

¡Primeros juguetes para navegar hacia el descubrimiento! 

¡Volar a la luna!

Mecerse con el viento, bailar con las estrellas y arrullarse en el firmamento. Estimular la imaginación y los sentidos nos produce una sensación de placer que contribuye positivamente a nuestro bienestar. A partir de los 2 meses se inicia el despertar sensorial del bebé: ¡favorece su desarrollo jugando con él!

· Mueve ligeramente las cintas de la cometa de derecha a izquierda mientras está tumbado: las seguirá con sus ojos y estirará los bracitos intentando cogerlas.

· Acaricia su piel con ellas activando su sentido del tacto.

· Deja la figura de madera entre sus manos: entrenará el agarre y la coordinación ojo-mano-boca.

· Agita la cometa moviendo la sonaja: el sonido captará su atención y buscará con la mirada el origen del mismo agudizando el oído.