La imaginación de los reyes de la casa no tiene límites y viaja por todo el espacio. ¿Jugamos a inventar su séquito de divertidos seres extraterrestres?

Q-U-E-E-N

¿Reina del universo por un ratito, un día entero o toda la vida? Haga sol, llueva o el cielo esté lleno de estrellas siempre será nuestra pequeña princesa.

Súper inteligentes y siempre bien atentos, los búhos tienen sus ojos tan abiertos para no perderse nada de lo que ocurre a su alrededor. ¿Algún espíritu curioso cerca cuyo afán por seguir descubriendo e investigando le mantiene despierto día y noche?

MA-PA-CHE

¡Vivan los días divertidos y llenos de color! Pongámonos el mundo por corona y convirtamos cada día en inolvidable junto a nuestros pequeños roba-corazones.

Llenos de energía, poderosos y simpáticos. Así son los reyes de nuestra pequeña jungla en un día especial y ¡todos los días! 

Érase una vez una niña valiente, segura de sí misma y cariñosa. ¿Érase una vez...? ¡Que levanten la mano todas las Caperucita Roja o Ricitos de Oro del mundo!

Todo un caballero y con un corazón de oro. ¡Cualidades del mejor rey!.

Ella sí que es una estrella: cantante de rock, reina de la pasarela, artista de los complementos... haga lo que haga ¡BRILLA!.

Nubes rosas, azules o amarillas enmarcando arco iris de insólitos colores. Porque los niños lo saben: en la vida las cosas no son siempre del mismo color.

Una corona, una varita, toda su imaginación y... ¡voilá! La princesa de la casa se transforma en la reina de las hadas mágicas, preparada para hacer realidad cualquier encantamiento: dotar de vida a los juguetes y convertir papás en grandes héroes. ¡Ojo, no sería la primera vez que alguno acaba el día siendo rana!

En un día especial y en el día a día. Ella es la reina de la casa, nos hace flotar de amor a su alrededor ¡y siempre está divina!

¿Has tenido alguna vez la sensación de fluir mientras estás haciendo algo que te encanta? Los niños nos enseñan estas lecciones de vida desde que son bebés y descubren sus dedos, el efecto de la luz, o el movimiento de los objetos. Y a medida que van creciendo pueden pasarse ratos largos dibujando, observando un insecto o interactuando con su propia sombra. ¡Vivan nuestros pequeños! Grandes maestros que nos enseñan a re-conectar con nuestro entorno y con nosotros mismos.