Las pelotas de madera son ideales para las primeras etapas de juego. Elaboradas con anillas de madera natural, están diseñadas para las manitas del bebé y su capacidad de agarre permitiéndole cogerlas con facilidad y explorarlas de muchas formas: girándola entre los dedos, metiendo la mano por las anillas, lanzarla... ¡Además le ayuda a calmar las molestias de la dentición!

Complementadas con un pañuelo de vibrante color ¡favorecen el desarrollo de las habilidades de nuestro pequeño explorador! Sus posibilidades de juego se multiplican cuando descubre que puede introducir el pañuelo por las distintas oquedades de las anillas. 

¡Un juguete muy Montessori que también le estimula a nivel cognitivo!

¡Un juguete muy Montessori!

¡Estimula el descubrimiento del bebé a través de los sentidos! A los 4 meses sus manitas ya son capaces de asir objetos grandes y ligeros, llevándoselos a la boca para explorarlos. Y a los 6 meses descubre que puede pasarse objetos de una mano a la otra, girarlos y lanzarlos. A medida que su motricidad mejora el pañuelo arco iris multiplica las posibilidades de juego: como filtro de color, para esconderse, probando a introducirlo por las anillas... 

Pelota bebé ¿De anillas? ¿Con pañuelo?

Está diseñada pensando en el juego desde 3 meses, favoreciendo la psicomotricidad y el desarrollo sensorial bebé. Es ligera, permitiéndoles cogerla y sostenerla fácilmente por cualquiera de sus lados.

¡Juega con tu peque estimulando la imaginación! Usa el pañuelo como filtro de color escondiéndote tras él o poniéndolo delante de sus ojos; acaríciale con él sus piernas y brazos; lánzalo al aire para que lo vea flotar y caer; introdúcelo por las anillas y balancea la pelota de derecha a izquierda; rueda la pelota por distintas superficies experimentando con el movimiento y el sonido... 

¿Sabías que el desarrollo motor del bebé evoluciona de la cabeza a los pies?

Lo primero que empiezan a mover es la cabeza. Después descubren sus manos y ¡la boca! Exploran sus puños, sus dedos y, a partir de ahí, cualquier objeto a su alcance. Aprenden a girar sobre su torso y, una vez que son capaces de ponerse boca abajo, cogen fuerza en sus extremidades hasta que pueden arrancar a gatear.

La pelota de anillas favorece su evolución psicomotriz desde los 3 meses: facilita el agarre favoreciendo la función prensil y la coordinación ojo-mano-boca. Junto con el pañuelo y ubicada a cierta distancia del peque ¡es una gran invitación al desplazamiento!: los colores captan su atención estimulando el volteo. Y cuando consiga lanzarla, recuperarla se convierte en todo un reto para el gateo.