Panera wooden Candy
El tacto, el oído, la vista, el gusto... los sentidos son la puerta al descubrimiento de nuestro entorno. El cerebro recibe la información que éstos le aportan y a partir de dicha información se elaboran las construcciones mentales. Así que... ¡a experimentar! Jugando los niños aprenden si está frío, si suena, por qué y cuándo sucede, si es grande o pequeño, suave o rugoso, qué pasa cuando lo agita...
Mientras hacen sus descubrimientos mejoran la psicomotricidad, su coordinación ojo-mano-boca, la destreza manual, la imaginación, la iniciativa y la autoestima (si le permites jugar a él solito únicamente supervisando su juego sin darle instrucciones se dará cuenta de su capacidad y reforzará la confianza en sí mismo desde la seguridad de tenerte cerca).