Pelota anillas y pañuelo Sailor
¿Sabías que el desarrollo motor del bebé evoluciona de la cabeza a los pies?
Lo primero que empiezan a mover es la cabeza. Después descubren sus manos y ¡la boca! Exploran sus puños, sus dedos y, a partir de ahí, cualquier objeto a su alcance. Aprenden a girar sobre su torso y, una vez que son capaces de ponerse boca abajo, cogen fuerza en sus extremidades hasta que pueden arrancar a gatear.
La pelota de anillas favorece su evolución psicomotriz desde los 3 meses: facilita el agarre favoreciendo la función prensil y la coordinación ojo-mano-boca. Junto con el pañuelo y ubicada a cierta distancia del peque ¡es una gran invitación al desplazamiento!: los colores captan su atención estimulando el volteo. Y cuando consiga lanzarla, recuperarla se convierte en todo un reto para el gateo.